¿Con qué frecuencia es normal tener relaciones sexuales?

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El sexo. Es uno de los grandes placeres de la vida, un acto que refuerza los vínculos emocionales y la pasión física entre la pareja. Pero, ¿cuánto sexo debería practicar? ¿Cuál es la frecuencia "normal"? ¿Y lo "normal" importa siquiera cuando se trata de intimidad?

Estas preguntas comunes merecen un examen reflexivo. Aunque los estudios proporcionan medias aproximadas sobre la frecuencia sexual, los factores más importantes son su edad, salud, deseos y satisfacción en la relación. En última instancia, la calidad del sexo importa más que la cantidad.

¿Con qué frecuencia es normal tener relaciones sexuales?

Lo que dice la investigación sobre la frecuencia sexual

Las investigaciones revelan que las parejas casadas o que viven juntas mantienen relaciones sexuales aproximadamente una vez a la semana por término medio. Pero "media" deja mucho margen de maniobra. Desglosemos aún más las estadísticas de frecuencia en función de la edad y la etapa de la vida.

Adultos jóvenes de 18 a 29 años

Los adultos más jóvenes tienden a mantener relaciones sexuales con mayor frecuencia, con una media de unas 112 veces al año o 2-3 veces por semana. Las hormonas de la juventud explican en parte el vigoroso apetito sexual de las parejas más jóvenes. Pero la duración de la relación también influye en la frecuencia. Las parejas recién formadas tienden a tener la mayor cantidad de relaciones sexuales con diferencia.

Adultos de 30 a 39 años

Las personas de 30 años empiezan a ver cómo disminuye la frecuencia sexual, pero no mucho. Los treintañeros tienen relaciones sexuales unas 86 veces al año o 1-2 veces por semana. A medida que la pasión de una nueva relación se desvanece, el trabajo, los hijos y otras obligaciones compiten por el tiempo.

Adultos de mediana edad 40-49

Hacia los 40, las responsabilidades profesionales y familiares se intensifican. Los hijos tienen prioridad. También pueden surgir problemas de salud. No es de extrañar que las relaciones sexuales desciendan a unas 69 veces al año, o 1 ó 2 veces cada 2 semanas para los adultos de mediana edad.

Mayores de 50 años

Las personas mayores de 50 años son las que tienen relaciones sexuales con menos frecuencia, con una media de unas 24 veces al año o 2 veces al mes. La menopausia contribuye a la sequedad vaginal y a la disminución de la libido en las mujeres. La disfunción eréctil afecta a más del 50% de los hombres a los 60 años. Los problemas crónicos de salud también pueden dificultar la sexualidad.

Pero una vida sexual limitada en la tercera edad no equivale necesariamente a insatisfacción. La intimidad física se expresa de forma diferente con el paso del tiempo.

Factores clave que influyen en la frecuencia sexual

La investigación pinta un panorama amplio, pero los números estáticos no captan los matices que hay detrás de la frecuencia sexual de las parejas reales. He aquí algunos de los factores clave que influyen en la libido y en hacer el amor.

Edad y etapa de la vida

Como hemos visto, la edad afecta a las hormonas, los niveles de energía, la salud y las prioridades de formas que alteran la frecuencia sexual. Los cambios relacionados con etapas de la vida como tener hijos o atravesar la menopausia también influyen.

Salud física

Tanto las enfermedades agudas como las crónicas - así como los medicamentos - pueden mermar la libido y la función sexual. Afecciones como el cáncer, la diabetes, la hipertensión, la artritis y las enfermedades cardiacas contribuyen a los problemas sexuales. Pero incluso los problemas de salud menores pueden disminuir la energía y el deseo sexual.

Salud mental

La depresión, la ansiedad, los traumas, los problemas de imagen corporal y otros trastornos mentales influyen directamente en el deseo y el disfrute sexuales. La conexión mente-cuerpo es poderosa. El asesoramiento ayuda a muchas parejas a superar los bloqueos mentales que interfieren en unas relaciones sexuales satisfactorias.

Calidad de la relación

El contexto emocional y social en torno al sexo importa enormemente. Los conflictos no resueltos, la falta de comunicación, el aburrimiento, la desconfianza o el distanciamiento disminuyen el deseo sexual. Pero la intimidad florece cuando las parejas cultivan el cariño y la diversión fuera del dormitorio.

Niveles de estrés

El estrés cotidiano pasa factura a la libido con el tiempo. Estar agotada, fatigada o preocupada por el trabajo, el estrés financiero, las exigencias familiares u otras presiones deja poca energía para el sexo. El estrés crónico eleva el cortisol, que también puede alterar las hormonas sexuales.

Control de la natalidad e historia sexual

La píldora y otros anticonceptivos hormonales pueden disminuir la libido. Las parejas preocupadas por el embarazo pueden mantener menos relaciones sexuales. Algunos antecedentes culturales o religiosos prohíben las relaciones sexuales prematrimoniales, lo que puede retrasar el debut sexual. Las experiencias negativas del pasado, como los traumas sexuales o la educación sexual basada únicamente en la abstinencia, también pueden inhibir el disfrute.

Discrepancias de deseo

Las diferencias en el deseo espontáneo entre los miembros de la pareja - desear e iniciar menos relaciones sexuales que la propia pareja - tensan muchas relaciones. El deseo también fluye y refluye dentro de los individuos en función de factores como los anteriores. Las actividades de autoexpansión en pareja y los ejercicios de enfoque sensorial pueden ayudar a alinear el deseo.

Prioridades y valores desajustados

Las parejas pueden valorar la sexualidad de forma diferente. Uno valora más una vida sexual vigorosa mientras que el otro se siente tibio. O a uno le gusta la experimentación salvaje frente a las preferencias de su pareja por hacer el amor de forma programada. Las prioridades, valores y gustos contrapuestos respecto al sexo en sí o al contexto que lo rodea (como la monogamia frente a las relaciones abiertas) provocan conflictos.

Como ve, la frecuencia sexual depende de una matriz de factores que se entrecruzan y que son exclusivos de cada pareja. En lugar de compararse con medias y normas, céntrese en comprender sus propias circunstancias y necesidades.

A continuación vamos a explorar...

¿Con qué frecuencia debe mantener relaciones sexuales?

A pesar de las estadísticas, no existe una receta única para una frecuencia óptima. Aquí tiene mejores preguntas que hacerse:

¿Están usted y su pareja satisfechos? La satisfacción sexual importa más que cualquier número. Hablen abiertamente de sus deseos y transmítanse cuando sea necesario.

¿Disfrutan ambos de los encuentros sexuales? La calidad supera siempre a la cantidad. Cultive la intimidad dentro y fuera del dormitorio para fomentar el placer mutuo y la conexión sensual durante las relaciones sexuales.

¿Se alinea su frecuencia con las realidades de las etapas vitales? Desde la energía de una nueva relación hasta la paternidad y la menopausia, el contexto influye en la libido. Espere fluctuaciones naturales.

¿Podría mejorar algún problema de salud o psicológico? Busque consejo médico o psicológico si los problemas sexuales interfieren con el bienestar de cualquiera de los dos miembros de la pareja.

¿Su vida sexual favorece la relación? El sexo fomenta los vínculos a través del afecto sexual y no sexual. Asegúrese de que su frecuencia mantiene la intimidad.

El ritmo ideal de relaciones sexuales difiere de un individuo a otro y fluctúa con el tiempo. En lugar de preocuparse por los números de la libido, céntrese en la salud sexual y la felicidad en pareja.

Por qué la frecuencia sexual difiere a menudo entre las parejas

Dentro de las parejas, el deseo sexual a menudo no coincide. Muchas relaciones lidian con discrepancias entre la libido de los miembros de la pareja. ¿Qué explica estas diferencias?

Impulsos biológicos contrastados

Las hormonas sexuales, incluida la testosterona, alimentan el impulso sexual. Los cuerpos masculinos producen de forma natural mucha más testosterona, lo que genera un impulso sexual más fuerte. Las mujeres experimentan más altibajos de libido ligados al ciclo menstrual.

Deseo receptivo frente a deseo espontáneo

El deseo espontáneo surge de forma más independiente: usted se siente "de humor" e inicia el sexo. El deseo receptivo significa que primero necesita algún estímulo físico o mental para activar la excitación. Son más las mujeres que declaran un deseo receptivo.

Prioridades variables

Los miembros de la pareja pueden valorar la sexualidad de forma diferente en función de su estado de ánimo, estrés o intereses. La falta de coincidencia de prioridades entre los miembros de la pareja provoca tensiones. La fatiga disminuye la libido en las parejas que son padres.

Problemas de relación

Los problemas de pareja no abordados merman el deseo. La mala comunicación, la ira, la falta de tiempo de calidad juntos y la pérdida de intimidad disminuyen el deseo sexual. Estos problemas afectan desproporcionadamente a la motivación sexual de las mujeres.

Expectativas culturales

La sociedad socializa más a los hombres para que inicien las relaciones sexuales. Las mujeres son juzgadas con más dureza por expresar una sexualidad abierta. Estas influencias moldean las actitudes, las motivaciones y la comodidad con respecto al sexo.

Factores de salud mental

La depresión, los traumas, las luchas por la imagen corporal o los medicamentos suelen inhibir especialmente el deseo femenino. La ansiedad en torno al rendimiento sexual preocupa desproporcionadamente a los hombres.

En resumen, el deseo sexual de los hombres tiende a parecer mayor, más directo y constante. La libido de las mujeres resulta más compleja, reactiva y afectada por el contexto. Pero no se trata de obviedades universales. Independientemente del sexo, dé prioridad a la franqueza, la comprensión y el compromiso con su pareja.

A continuación pasemos a...

Estrategias para afrontar una libido desigual

¿Qué ocurre si un miembro de la pareja desea sexo a diario pero el otro lo desea mensualmente? Las discrepancias en el deseo sexual presentan desafíos, pero pueden superarse. Tenga en cuenta estos consejos para alinear las diferencias de libido con su pareja.

Comuníquese respetuosamente - Hable abiertamente de sus sentimientos y necesidades sin culpar a nadie. Escuche sin ponerse a la defensiva. Intente comprender primero sus puntos de vista.

Hágase evaluar - Los problemas de salud física o mental pueden estar mermando el deseo. Busque ayuda médica para tratarlos. Consulte a un terapeuta sexual.

Haga del sexo una prioridad - No deje que el cansancio y las ocupaciones desplacen al sexo. Dé prioridad al tiempo en pareja y utilícelo para reconectar físicamente.

Aumente el afecto no sexual - Abrace, bese, coja de la mano, acurrúquese. Esto construye intimidad emocional y aviva el deseo. Envíe mensajes coquetos durante el día.

Inicie de forma diferente - La pareja con menor deseo debe iniciar a veces, pero de forma acorde con su excitación receptiva. Intercambien masajes antes del sexo.

Comprometerse y acomodarse - Encontrarse a mitad de camino en la frecuencia. Túrnense para complacerse el uno al otro primero. Tengan rapiditos durante la semana y sexo más prolongado los fines de semana.

Explore la creatividad - Pruebe nuevos lugares, posturas, juguetes o juegos de rol para evitar el aburrimiento. Vean juntos películas eróticas de producción ética.

Acuda a un educador o entrenador sexual - Los expertos en sexo ofrecen instrucción sobre comunicación, intimidad, técnicas de excitación, exploración sexual y mucho más.

Considere el asesoramiento - Si persisten los problemas de deseo, la terapia ayuda a desentrañar los problemas de relación o las barreras psicológicas que se interponen en el camino de la plenitud sexual.

Explore cuidadosamente las soluciones médicas - Los medicamentos pueden ayudar en algunos casos pero tienen efectos secundarios. Investigue primero a fondo.

En lugar de fomentar la vergüenza o la frustración, los vacíos de libido presentan oportunidades para el aprendizaje, la empatía, el compromiso y el crecimiento en una relación. La paciencia, la creatividad y el apoyo profesional pueden ayudar a alinear el deseo.

Señales de que su vida sexual puede tener problemas

Las libidos desajustadas no son necesariamente problemáticas por sí mismas. Pero las relaciones sin sexo u otros síntomas de problemas serios deberían despertar preocupación e impulsar la acción. Considere que su salud sexual está comprometida si:

  • El sexo se ha detenido por completo - Los cónyuges se convierten en compañeros de piso. Usted ha tenido cero intimidad física durante meses o años.
  • Un miembro de la pareja critica al otro por la frecuencia - Culpar, avergonzar o presionar a su pareja en torno al sexo daña la intimidad.
  • El miedo sustituye al deseo - Sólo tiene relaciones sexuales por obligación y las evita activamente.
  • Comienzan las aventuras - El engaño a menudo surge de la infelicidad y la frustración por problemas en la conexión sexual.
  • Siente una decepción crónica - Sus necesidades no se satisfacen. No se respetan sus preferencias. No queda satisfecho.
  • El sexo se siente emocionalmente vacío - La liberación física se produce sin intimidad. Hacer el amor carece de pasión y juego.
  • No se abordan los problemas subyacentes - Usted ignora los problemas de relación o no busca soluciones para los problemas físicos que interfieren con el sexo.
  • El resentimiento se encona - La falta de intimidad física engendra ira, daña la autoestima y ensancha la brecha emocional entre la pareja.

No asuma que el tiempo a solas resolverá los problemas sexuales. Reavive la intimidad mediante conversaciones sinceras y apoyo profesional si observa estas señales de alarma. Recupere la pasión - merece la pena el esfuerzo.

Los beneficios para la salud de una vida sexual activa y placentera

Más allá de unir a la pareja, el sexo ofrece innumerables beneficios para la salud física y mental. He aquí una muestra de los beneficios respaldados por la ciencia de buscar el placer y la satisfacción sexual.

Refuerza la inmunidad - El sexo frecuente y los orgasmos aumentan los niveles de inmunoglobulina IgA, que combate las enfermedades infecciosas.

Fortalece la salud del corazón - El sexo proporciona una actividad cardiovascular que mejora la variabilidad del ritmo cardiaco y reduce la presión arterial y el colesterol LDL.

Regula los ciclos menstruales - Mantener relaciones sexuales libera hormonas que reducen los calambres, regulan los periodos y mejoran los síntomas de la menopausia.

Alivia el dolor - Las endorfinas y los corticosteroides liberados durante las relaciones sexuales actúan como analgésicos naturales.

Reduce el riesgo de cáncer de próstata - En el caso de los hombres, una mayor frecuencia de eyaculación puede reducir las probabilidades de padecer cáncer de próstata más adelante.

Mejora el sueño - Tras el orgasmo, las hormonas prolactina y oxitocina se disparan, lo que favorece la relajación y la somnolencia.

Eleva el estado de ánimo - El sexo y el orgasmo estimulan la dopamina, las endorfinas y la serotonina provocando sentimientos de euforia.

Disminuye el estrés - El clímax libera hormonas calmantes que reducen el estrés, la ansiedad y la depresión.

Agudiza la concentración - Los niveles de prolactina después del sexo mejoran la función cognitiva y la concentración.

Aumenta la esperanza de vida - Un estudio descubrió que las personas que practicaban sexo con regularidad vivían hasta dos años más.

La lista de beneficios continúa. El buen sexo no sólo sienta bien, también es bueno para usted. Dé prioridad al placer y a la satisfacción sexual junto a su pareja.

En conclusión

Las estadísticas medias no deberían dictar su vida sexual. Mucho más importante es que tanto usted como su pareja se sientan satisfechos física y emocionalmente. Mantenga la perspectiva cuando el deseo difiera. Comuníquese abiertamente, responda con sensibilidad, busque ayuda cuando la necesite y siga alimentando la intimidad dentro y fuera del dormitorio.

Apueste por la calidad frente a la cantidad cuando se trate de sexo. Pero haga del vínculo físico a través del coito una prioridad. Una vida sexual placentera favorece la cercanía en la relación y también ofrece innumerables ventajas para la salud.

Preguntas frecuentes sobre la frecuencia sexual

¿Qué se considera una frecuencia normal de relaciones sexuales?

Existe un amplio abanico de lo "normal" en lo que respecta a la frecuencia sexual. Según las investigaciones, las parejas casadas tienen relaciones sexuales unas 1-2 veces por semana de media. Pero son muchos los factores que influyen en la libido, por lo que no existe una única cantidad correcta. La frecuencia también suele disminuir con el tiempo en las relaciones. Lo que más importa es que usted y su pareja se sientan satisfechos.

¿Qué es una cantidad saludable de sexo en una relación?

Más importante que cualquier número es que ambas personas sientan que sus necesidades sexuales están cubiertas. Las parejas más sanas se caracterizan por una comunicación abierta sobre el sexo, la voluntad de acomodarse a los diferentes deseos y un enfoque en la calidad por encima de la cantidad. Mientras ambos sientan satisfechas sus necesidades de intimidad, su vida sexual será saludable.

¿Cómo puedo tener ganas de sexo más a menudo?

El estrés, los medicamentos, los problemas de salud mental, los problemas de pareja, los niveles hormonales bajos, dormir mal y la fatiga pueden suprimir la libido. Aborde cualquier causa subyacente. Haga del descanso y la intimidad una prioridad. Dedíquese al autocuidado. Aumente primero el afecto físico no sexual. Inicie las relaciones sexuales en los momentos del día en que tenga más energía.

¿Por qué ha disminuido mi deseo sexual?

Múltiples factores influyen en las fluctuaciones del deseo sexual: la edad, las hormonas, los antecedentes sexuales, los traumas, los medicamentos, la autoestima, los problemas de imagen corporal, la pornografía, el estrés, la depresión, las enfermedades crónicas, la mala alimentación, la obesidad y muchos más. Mantenga una conversación sincera con su profesional sanitario para identificar las posibles causas específicas de sus circunstancias.

¿Es normal que baje mi libido?

La disminución de la libido es común, aunque más frecuente entre las mujeres. Pero si su deseo sexual disminuye gravemente o le crea angustia, consulte a su médico o a un profesional de la salud mental. A menudo existen factores biológicos, psicológicos o interpersonales identificables que causan la disminución del deseo y que pueden abordarse mediante cambios en el estilo de vida, asesoramiento o tratamiento médico si es necesario.

¿Y si mi pareja quiere sexo mucho más que yo?

Los desajustes en la libido son normales, a menudo debidos a diferencias en los impulsos sexuales según el sexo. Comunique abiertamente sus necesidades y compromisos. Intente que la pareja con menor deseo inicie a veces de formas no tradicionales. Dé prioridad al afecto para fomentar la intimidad. Ocupen su tiempo con actividades compartidas que ambos disfruten. Busquen asesoramiento si los conflictos persisten.

¿Cómo afronto el rechazo sexual de mi pareja?

No se lo tome como algo personal. Que su pareja rechace el sexo no significa que le rechace a usted como persona. Recuerde que el deseo fluye y refluye; es probable que el suyo también disminuya a veces. Mantengan un diálogo sincero y afectuoso sobre la falta de correspondencia de los impulsos sin culparse mutuamente. Busquen soluciones como un terapeuta sexual si es necesario. Céntrese en la intimidad de toda la relación.

¿Mi elevado deseo sexual no es saludable?

No necesariamente, siempre que no se sienta fuera de control o interfiera con las responsabilidades de su vida. Pero examine sus motivaciones. Practicar sexo para hacer frente a la inseguridad o la soledad en lugar de para tener intimidad no le llenará a largo plazo. Si la hipersexualidad perjudica sus relaciones, su productividad laboral o su salud emocional, busque ayuda de un terapeuta o consejero.

¿Y si los problemas de salud dificultan las relaciones sexuales?

Comuníquese abiertamente con su pareja. Experimenten para descubrir qué les da placer a cada uno cuando interfieren los problemas de salud. Céntrese en la intimidad emocional y sensual: abrazos, masajes, hablar de fantasías. Invierta en ayudas sexuales si es necesario. Dé prioridad a las actividades de unión fuera del dormitorio. Si los problemas persisten, pida consejo a su médico o a un terapeuta sexual.

¿Con qué frecuencia deben mantener relaciones sexuales las parejas de más de 60 años?

No hay deberes cuando se trata del sexo en la tercera edad. El nivel de actividad sexual depende de su salud y capacidades generales, no de la edad. La intimidad emocional y la sensualidad pueden expresarse de muchas formas más allá del coito si surge una disfunción eréctil o sequedad vaginal. Algunas parejas mantienen relaciones sexuales frecuentes hasta los 80 y 90 años. Otras prefieren el sexo ocasional complementado con afecto y cercanía. Haga lo que se sienta bien para usted.

Esperamos que estas respuestas le ayuden a comprender los matices en torno a la frecuencia sexual y cómo cultivar una relación íntima satisfactoria. Los principios más vitales son la comunicación abierta, la empatía y centrarse en la calidad por encima de la cantidad cuando se trata de sexo.

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