Leyendas y realidades del CBD

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Es un hecho incuestionable que el CBD está causando sensación en la comunidad médica. Durante demasiados años, la demonización del cannabis evitó que la inmensa mayoría de laboratorios y de centros de investigación del mundo pudieran llevar a cabo estudios objetivos sobre el potencial de los ingredientes activos del cannabis con fines medicinales.

Por suerte, esto ha cambiado, y la FDA (Food and Drug Administration) ha aprobado recientemente que los aceites de CBD se puedan utilizar en ensayos clínicos. A medida que se acumulan las pruebas, también lo hace la cantidad de ideas equivocadas que existen en torno a los productos con CBD. La fobia social arraigada hacia el cannabis se va desvaneciendo poco a poco, y así el año pasado las autoridades de todo el mundo reconocieron la escasa peligrosidad el cannabis, en comparación con muchos (si no todos) los medicamentos y tipos de alcohol de venta legal.

Pero como en muchas regiones sigue siendo técnicamente ilegal, debemos preguntarnos por qué un compuesto tan interesante todavía se enfrenta a estos problemas.

La razón es simple. Cuando se aprobaron esas leyes prohibicionistas anticuadas y totalmente obsoletas sobre el cannabis, se partió de la base de que toda la planta (y sus derivados) eran psicoactivos, y que por tanto presentaban potencial de abuso con fines recreativos.

Como los aceites de CBD son un extracto de la planta de cannabis, automáticamente recaen en la lista de sustancias controladas. Esto también ha provocado que se difundan numerosos mitos sobre el CBD en sí mismo, ya que el cannabis, el cáñamo y la marihuana no son todos lo mismo.

A continuación veremos algunos de los mitos más comunes y los datos que necesitas saber para estar realmente informado sobre qué es cada cosa.

EL CBD ES UN CANNABINOIDE: ¡VERDADERO!

CBD es un acrónimo de cannabidiol, una de las aproximadamente 60 moléculas activas distintas que contiene el cannabis. El cuerpo humano dispone de un sistema de neuroreceptores llamado sistema endocannabinoide, sobre el que el CBD parece interactuar modulando y regulando actividades en torno a los receptores CB1 y CB2.

Los receptores cannabinoides se encuentran en todo nuestro cuerpo, desde la cabeza hasta los pies. El CBD, directa e indirectamente, regula la recaptación de un determinado neurotransmisor, los canales iónicos, e incluso de los receptores no cannabinoides.

EL CBD TE COLOCA: ¡FALSO!

El CBD no es psicoactivo. La FDA, pese a que solo permite los ensayos clínicos desde hace poco, todavía clasifica los aceites de CBD como suplementos alimenticios. De hecho, las pruebas circunstanciales sugieren que el CBD es antipsicótico y ansiolítico y, por lo general, un alivio contra el estrés.

Los consumidores de marihuana con fines recreativos suelen preferir cantidades bajas de CBD precisamente porque tiende a suavizar el subidón considerablemente.

EL CBD SE EXTRAE DE LA PLANTA DE MARIHUANA: ¡FALSO!

Esto se debe, simple y llanamente, a la confusión que existe en torno a la nomenclatura taxonómica de la propia planta. Incluso los botánicos y etnobotánicos todavía no han alcanzado un consenso para su clasificación. Y luego está el argot.

Para (tratar de) mantener las cosas lo más sencillas posible, cannabis es el nombre científico del género, que cuenta con tres especies distintas: Cannabis sativa, Cannabis índica y Cannabis ruderalis.

Marihuana y hierba son palabras propias de la jerga para los tipos de cannabis que tienen una gran cantidad de THC, y que por tanto son los preferidos por sus cualidades eufóricas y psicoactivas. Normalmente se cultivan con esto en mente, y por tanto el CBD suele estar presente en cantidades muy pequeñas.

El cáñamo industrial es el nombre que recibe una variedad de cannabis que se selecciona por su capacidad para producir fibras, semillas y aceite de cáñamo. Habitualmente, el cannabis se considera cáñamo cuando tiene un contenido de THC inferior al 0,3%. Este tipo de cannabis normalmente tiene una cantidad de CBD mucho mayor.

En los últimos años, en buena parte debido al aumento en popularidad del CBD, los criadores se han dedicado a crear cepas específicas para la producción de CBD. Aunque el cáñamo sirve exactamente para lo mismo, una variedad recreativa puede producir flores femeninas mucho más grandes. Al cultivar selectivamente algunas cepas eliminando el THC y aumentando el CBD, estas nuevas variedades pueden producir una cantidad mucho mayor de materia prima con la misma huella ecológica. En resumen, se trata de un cáñamo cuyas fibras no son tan buenas, pero con el que se pueden cosechar cantidades muy superiores de CBD con respecto al peso, y sin THC.

EXISTE UN LÍMITE LEGAL DE DOSIS RECOMENDADA: ¡VERDADERO!

Como suplemento de salud, los productores de CBD no tienen permitido recomendar a sus clientes que consuman más de 160 mg de CBD al día. Esto lo hacen para garantizar que se utiliza de manera suplementaria. Tan solo los médicos pueden recomendar dosis mayores acompañadas de una receta para consumir CBD. Por tanto, es recomendable que recurras a la ayuda de un profesional de la medicina si deseas utilizar el CBD como algo más que un suplemento dietético.

TODOS LOS ACEITES DE CBD SE FABRICAN DE LA MISMA FORMA: ¡FALSO!

Nada podría estar más alejado de la realidad. Para empezar, si quieres fabricar aceites de CBD necesitas disponer de materia prima de la mayor calidad posible (flores o cogollos femeninos de cannabis), pero en cantidades enormes. Esto implica un problema, ya que la mayor parte de las veces la demanda supera a la oferta.

Los métodos de producción clandestinos y sin regular están plagados de fertilizantes petroquímicos muy fuertes, aditivos para potenciar la floración y pesticidas. El resultado está lejos de ser un producto natural, y terminará contaminando el aceite resultante. Por tanto, solo debería emplearse cannabis cultivado de forma natural y totalmente orgánico.

En segundo lugar, depende del método de extracción empleado, ya que existen varios. Pero como los aceites de CBD están pensados para su consumo humano, hay que tener presente que la mayoría de estos métodos emplearán disolventes tóxicos, que son muy difíciles de eliminar.

La extracción con CO₂ es completamente limpia y respetuosa con el medio ambiente, y garantiza que no queden residuos. El coste del equipamiento necesario es prohibitivo en muchos casos, y se necesita disponer de un operario altamente cualificado para manejar de manera correcta un sistema así.

Algunos productores prefieren cantidad, mientras otros optan por la calidad.

El CBD también se puede obtener en su forma cristalina pura. En teoría, es pura y no está adulterada. Pero sabemos que los cannabinoides funcionan a su máxima eficacia cuando actúan como un equipo, lo que se conoce como efecto séquito. El valor terapéutico de un aceite se encuentra en sí mismo, pero en su conjunto, no en la suma de sus partes. La mayoría de métodos de extracción alternativos destrozarán los terpenos y los flavonoides.

Aunque el CBD es el componente principal, los terpenos y los flavonoides también juegan un papel importante en la experiencia terapéutica general de los aceites de CBD, y sin duda no solo por sus sabores y olores.

EL CBD ESTÁ SIENDO SOMETIDO A ENSAYOS CLÍNICOS: ¡VERDADERO!

Durante mucho tiempo, la investigación con cannabis se realizaba o bien en secreto, financiada por el gobierno de los Estados Unidos con un objetivo claramente propagandístico, o por parte de unos cuantos pioneros que de alguna manera lograban saltarse la burocracia.

Ejemplos como el del Dr. Raphael Mechoulam en Israel, o el Dr. Manuel Guzmán en España, o incluso del grupo activista NORML en los Estados Unidos, por nombrar algunos, sentaron las bases para investigaciones analíticas serias.

Durante décadas, la investigación fue rechazada por la mayoría de terapeutas. Tan solo en los últimos años, debido a reformas legistativas y a una agitación social sin precedentes, ha sido posible proponer a académicos y centros de investigación la posibilidad de hacerlo sin miedo a que los comités éticos o incluso las autoridades tomaran represalias contra ellos.

La cantidad de artículos publicados actualmente en torno a la investigación del CBD es algo nunca visto, y no cabe duda de que se está realizando una gran inversión en este campo.

Recientemente, tanto la Organización Mundial de la Salud como la Agencia Mundial Antidopaje revisaron su postura frente al CBD para el Comité Olímpico, y ambas afirmaron que era completamente seguro, llegando al extremo de recomendar a los legisladores de todo el mundo que reconsideren su posición ante esta molécula tan prometedora.

 

 

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